La radiación nuclear, que aun permanece en el ambiente de las Islas Marshall, producto de las pruebas atómicas realizadas hace más de medio siglo, es en algunos casos más alta que la detectada en Chernobyl, en Rusia.
Entre 1946 y 1958, Estados Unidos probó allí 67 bombas atómicas, una de ellas con mucho más poder que la que destruyó a Hiroshima. En dicho archipiélago, localizado entre las Islas de Hawai y Papa Nueva Guinea, habitan en la actualidad unas 50 mil personas.
La investigación fue dirigida por los profesores de Física de la Universidad de Columbia, Emlyn Hughes y Malvin Ruderman, quienes recomendaron no visitar las islas despobladas, hasta tanto no se eliminen todos los residuos atómicos.
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