Después de revisar la información relacionada con la perforación de más de 46.000 pozos de hidrocarburos, mediante el sistema de fracturación hidráulica (fracking), se ha encontrado que los residuos derivados de la explotación, no solo contaminan las aguas subterráneas, sino -asimismo-, las aguas superficiales.
La nueva variante ambiental, producto de la perforación de rocas de esquisto, se desprende de una nueva investigación, que se enfocó concretamente en las repercusiones de la explotación petrolera no convencional, sobre las cuentas hidrográficas, lo cual abarcó más de 400 ríos, en los Estados Unidos.
Además de las altas concentraciones de sal, también se encontraron residuos de bromuro, cloruro, bario y estroncio, se indicó. El trabajo fue realizado por profesores de las Escuelas de Negocios, de la Universidad de Chicago, Christian Leuz; de Bristol, Giovanna Michelon, y de Navarra, Pietro Bonetti.
Fuente: Universidad de Chicago
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