Aunque en el mundo, y particularmente en Europa, existen más de mil variedades de uvas, tan solo una docena soportan la mayor producción de vino a nivel global.
Y son precisamente esas pocas, las que mayor riesgo corren frente al cambio climático, que esta experimentando el planeta. Así lo expone la bióloga de la Universidad de Harvard, Elizabeth Wolkovich, en un trabajo conjunto con el experto del Jardín Botánico de la misma institución, Ignacio Morales Castilla.
La dependencia de unas pocas variedades, en la industria del vino, como ocurre en China, Estados Unidos y Australia, por ejemplo, puede ser más perjudicial en algunas regiones donde se sentirá más el impacto del calentamiento del clima. Igualmente serán mayores las consecuencias en aquellos países donde las regulaciones obligan al cultivo determinadas variedades, que supuestamente tienen la mayor demanda del mercado y donde los productores tienen un menor margen de maniobra.
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