Los gobiernos que navegan.. en un mar de contradicciones

Uno no sabe si el común denominador, de la contradicción, es algo premeditado o un producto del folclor que caracteriza a la mayoría de los gobiernos.

Con la promesa del cambio, los distintos gobiernos asumen la conducción de las naciones, por periodos de cuatro, cinco o seis años; (algunos consideran que cuatro es poco y que seis es apenas para culminar sus grandes transformaciones).

Pero ve uno que los países siguen casi intactos: ni se modernizan, ni crecen, ni progresan socialmente. El nivel de pobreza, que podría ser el mejor indicador de gobierno, prácticamente no cambia o cambia muy poco.

Parecen gobiernos sin plan; como un barco a la deriva; y sus funcionarios, de Presidente para abajo, ni siquiera disimulan el mar de contradicciones, que reflejan sus actuaciones cotidianas.

Algunos ejemplos: los gobiernos suscriben cuanto Tratado o Convención se les ofrece. Cancilleres y demás, se la pasan comprometiéndose con todo: la protección del medio ambiente, la lucha contra la pobreza, la erradicación de las enfermedades crónicas, la reducción de la mortalidad infantil, el combate contra la corrupción, la mejora del clima de los negocios, etc., etc.

Y, es risible observar como, mientras un Ministro del Ambiente, viaja a firmar convenios internacionales de protección ambiental, sus funcionarios siguen otorgando licencias a dos manos para la explotación de minerales en áreas generalmente vulnerables (en contravía de más de un Tratado).

A la semana siguiente su colega, el Ministro de la Energía, participará en una nueva reunión, ofreciendo más bloques para la explotación petrolera, al mejor postor ( a pesar de la necesidad de descarbonizar el planeta).

A su turno, el Ministro de las Finanzas, pronto estará aprobando la necesaria inversión extranjera para explotar dichos recursos naturales, no importa que el dinero venga de paraísos fiscales, los mismos que en otra reunión mundial, él mismo se ha comprometido a combatir.

Para rematar el cuadro, el Ministro de Transporte, aprueba más importaciones de buses y camiones Diesel, cuando en las ciudades los habitantes ya no pueden más con la emisión de los exostos.

Son apenas unos mínimos ejemplos, de porque los países no cambian, así cambien los gobiernos, producto del llamado ejercicio democrático.

Da la impresión de que aquellos Ministros, de un mismo gabinete, no se conocen, pues cada cual anda con su agenda personal, que no es propiamente la agenda de un país.

Por lo anterior, los titulares de los periódicos siguen siendo los mismos de hace medio siglo: sigue la deforestación; continua la contaminación de los centros urbanos; suben las tasas de enfermedades infecciosas; se disparan los precios de los medicamentos; miles de pobladores continúan sin agua potable; el presupuesto para la salud no alcanza, el de educación tampoco, etc., etc.

Y el tiempo corre, y no hay tiempo ni mecanismos para pedirle a los gobiernos que cumplan con lo prometido. Nadie pide cuentas. Se posesiona el gobierno siguiente. Las tripulaciones cambian de barco, pero los países siguen a la deriva. Y el pueblo? Pues es un simple espectador de la pobreza recurrente. Los frutos del crecimiento prometido, nunca se vieron, el que nació pobre- de malas-, muy probablemente morirá pobre. El lío es que es la mayoría, tan valido para un país grande, como uno mucho más pequeño.

***GDA***

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